Asia y América Latina frente al deterioro del contexto global

Abstract

El 2023 está siendo un año que posiblemente pase a la historia no como uno de los peores, a la manera del 2020 –año de la pandemia– pero tampoco como uno de los mejores. En vez de contrastar con los períodos contemporáneos de tragedia y auge de la humanidad, tal vez sea un año que pasará a la historia por su perspectiva pesimista más que por sus sucesos, sin desmerecer a estos últimos. Así, el 2023 tal vez contraste mejor con años de grandes esperanzas, como los de la salida de la crisis subprime en el comienzo de los años dos mil diez, o también con el 2022, año en el que parecía que los avances alcanzados por la pandemia –como una mayor inversión en salud (y principalmente, en inversión en la investigación biológica) o el trabajo remoto– habían llegado para quedarse. El nuevo año, donde la «normalidad» parece haberse reinstalado por completo promete desinflar las esperanzas de los años de encierro.